Presentación del perro y el gato

Presentación del perro y el gato

CONSEJOS PARA PRESENTAR PERRO Y GATO

Es muy recomendable estimar el grado de socialización de  nuestros animales en relación a otras especies y la adaptabilidad de cada uno de ellos. Así que no es la raza ni la talla lo que se debe tener en cuenta, si no el comportamiento lo que debemos observar. Ya que hay perros de gran tamaño con un carácter tranquilo y dulce como también veremos perros de razas pequeñas que se inquietan, excitan y exasperan con la presencia de un minino. Lo mismo se aplica en la elección del gato. No hay raza ideal para una convivencia exitosa. Se trata más bien del ambiente donde este minino crezca y se desenvuelva. Si es un animal acostumbrado a ver que en su casa transitan personas de diferentes tipos razas y edades; el gato podrá desarrollar una vida social. De igual manera se le pueden presentar perros de varios tipos de raza y tamaños. Sera muy diferente en el caso de un gato que nunca interactúa con otras personas diferentes a los del hogar. Vale la pena  aclarar que el hecho de que no haya una agresión física al instante, entre el perro y el gato, no significa que no haya riesgo.

No es raro ver al gato y al perro convivir amigablemente dentro de la casa, pero el instinto de caza del perro hace que persiga al gato cuando salen al jardín. A continuación algunos consejos para una buena presentación:

- Los primeros días deja el gato y el perro en habitaciones separadas.

- Para que se vayan acostumbrando a los olores.

- Deja que se huelan entre sí por debajo de la puerta de la habitación.

- Los animales se identifican por sus olores: durante estos días, intercambia cobijas entre ellos. Así poco a poco se familiarizaran con el olor del otro. Después de una semana podrás hacer la primera presentación. Asegúrate antes de hacer la primera presentación de que el perro haya hecho una buena caminata para que se sienta cansado, que haya comido bien y que se encuentre calmado y relajado. Durante la presentación, todo debería estar bien si tú permites que tu gato este ubicado en un lugar alto, fuera del alcance del perro.

No tomes a tu gato en brazos, es posible que él te rasguñe. Por el contrario, colócalo sobre una mesa lo suficientemente alta para que el perro no lo puede alcanzar. Antes del encuentro, si es posible córtale las uñas a tu gato, porque muchas veces el gato tiende a atacar la nariz del perro si este se acerca demasiado.

Toma fuertemente a tu perro con la correa para controlar sus movimientos. Seguramente tu gato pasará mucho tiempo mirando al perro y se acostumbra poco a poco. Nunca debes forzar el contacto, este se dará progresivamente en la convivencia. Si el gato se siente obligado a estar junto al perro solo se logrará agravar la situación.

Si tu perro intenta correr hacia el gato, tira fuertemente el lazo deteniéndole y dile un NO seco, sin gritar. No lo toques ni llames por su nombre ya que puede interpretarlo de manera equivocada suponiendo que estás aprobando su comportamiento. Si el perro mira al gato con ansiedad y fijamente, dale un golpecito suave con la rodilla en su cadera para distraerlo y hacerle cambiar la mirada hacia otro lado.

Cuando tu perro este tranquilo y calmado, recompénsalo con caricias y alguna golosina. Si de lo contrario su comportamiento es impulsivo, provocador y fuera de control, llévalo a una habitación cerrada y dale unos 10 minutos hasta que se calme, y repite nuevamente el procedimiento hasta lograr lo que deseas.

Al finalizar el ejercicio déjalos nuevamente en habitaciones separadas y repite todos los días esta presentación de dos a tres veces al día, todos los días; incrementando progresivamente el tiempo de interacción. A pesar de una buena convivencia, no hay que olvidar con todos los seres vivos la duración de la convivencia no es 100% garantizada.

Existen riesgos; por lo tanto, jamás dejes solos tu gato y tu perro sin supervisión alguna, ya que aun teniendo una buena relación entre ellos; un juego brusco y fuera de control podría traer fatales consecuencias (sobre todo para el gato). Es indispensable que el gato se sienta seguro. Ubica su cama en un lugar alto e inaccesible para el perro.

Platos separados:

cada uno trata de comer la comida del otro. Si puedes, sepáralos a la hora de comer ya que ciertos perros se tornan agresivos tratando de defender su comida. Ubica el plato de tu gato en un lugar alto donde este pueda comer tranquilamente y sin ningún estrés. No dejes que el perro vaya a la caja de arena del gato (los perros les encanta comer las heces del gato, ya que son ricos en proteínas).

Existen en el mercado bandejas sanitarias cerradas. O dado el caso intenta bloquear el paso del perro hacia la bandeja sanitaria con algún mueble o alguna silla. A la llegada de un nuevo miembro en la familia peluda, la actitud de los propietarios y el buen manejo de la situación pueden lograr una excelente presentación.

Es importante ser persistente y no decaer si no obtienes un buen resultado a corto plazo. El aprendizaje a veces toma un poco de tiempo, por lo que no debemos sentirnos demasiado ansiosos o impacientes. Algunos animales se ignoran entre ellos, otros se acercan, pero cada uno lo hará a su propio ritmo y cuando lo deseen.

2 Peleando como perros y gatos?     

Cuantas veces has escuchado la expresión: Pelean como perros y gatos? A pesar de los rumores, la noción de que los dos son enemigos naturales simplemente no es cierta. Al igual que la noción de que los perros siempre perseguirán o atacaran a los gatos también es un mito. No hay una animosidad predispuesta entre los gatos y los perros; simplemente son dos especies muy diferentes que los seres humanos hemos decidido domesticar.  

   Los gatos y los perros no tienen que haberse criado desde chiquitos juntos para vivir en armonia, pero esta es la manera mas facil. Los gatitos y perritos pequeños naturalmente se llevaran bien por lo general. Cuando son juntados a temprana edad, los perritos tienden a considerar a los gatitos como sus hermanitos de camada, y de esto nace una amistad que dura toda la vida. El unico riesgo inicial es que al jugar los perritos que por lo general son mas torpes y grandes que lso gatitos, no se dan cuenta que el jugar rudo con el gatito puede lastimarlo.

Por otro lado, las garritas y los dientitos filosisimos de los gatitos puede lastimar sin intencion los ojos y la nariz de el perrito, por lo cual siempre los juegos deben ser supervisados.   

  Los animales de mas edad son mas dificiles de entrenar, pues pueden haber tenido una historia de interaccion con otras especies, pero para nada es imposible que puedan terminar siendo amigos. Las presentaciones iniciales van a requerir de mucha paciencia de tu parte. Tambien, diferentes procedimientos se aplican si estas introduciendo un gato nuevo a una casa donde ya vivia un pero o viceversa.

No importando el metodo que eligas, dos requerimientos consistentes son la paciencia y buena habilidad de observacion. Presentando a un gato en un hogar canino.   

  Aqui hay un metodo para presentar a un gato en una casa donde vive un perro. Involucra varios pasos, y puede requerir de unos pocos dias a un mes (dependiendo de como sean los animales involucrados), asi que tienes que ser paciente.    

 Empieza tratando de que el gato se sienta comodo en un area pequeña y protegida de la casa, tal como un cuarto chico con una puerta que puedas cerrar. Inicialmente los espacios pequeños y confinados le permiten a un gato el sentirse seguro y el aceptar su medio ambiente mas rapidamente. Mientras esta protegido tras una puerta, el gato puede familiarizarse con los ruidos y olores de la casa. Gradualmente este miedo va pasando.    

 Una vez que el gato se ha ajustado a esta parte del proceso, es tiempo para el proximo paso. Antes de entrar al cuarto de el gatito, frota tus manos sobre tu perro, y luego acaricia a el gato con tus manos con el olor a perro. Frota una toalla o alguna ropa sobre el perro, y dejalo en el cuarto de el gato para que el gato pueda familiarizarse con el olor de el perro.   

  Cuando el gato este listo para abandonar el cuarto, él te lo hara saber. Verás sus patitas por debajo de la puerta tratando de salir y va a maullar mas. Es cuando esta listo para pasar a un cuarto mas grande.   

  Una vez que el gato este comodo en su cuarto nuevo y mas grande, lleva al perro con una correa. Tienes que estar muy atento. "Todo se basa en entrenamiento de el perro", dice Betty Lipscomb, una especialista en comportamiento felino de Cats International. "debido a que el perro es usualmente mas peligroso para el gato, el perro debe ser entrenado para que nunca ladre o ataque al gato. El gato se acercara mas cuando sienta que no hay amenaza."   

  Pidale al perro que se sienta mientras ignora al gato. Recompense al perro por su comportamiento bueno y calmado. Un comportamiento malo, tal como tratar de alcanzar al gato requiere de un NO con tono bajo y muy firme. No necesita gritarle al perro (mantenga en mente que el gato se puede asustar por ordenes en voz muy alta, porque no va a saber si le gritas al prro o a él. Es mas facil para lso animales el escuchar y responder a una voz baja, calmada y firme que a una fuerte y chillona.  

   Nunca dejes a los animales sin supervision en estas primeras etapas. Necesitaras ser un observador vigilante, observando su comportamiento y lenguaje corporal cuidadosamente. Es comun que un gato se asuste durante estas presentaciones iniciales; si esto ocurre, llevate al perro y repite el procedimiento tan frecuentemente como sea necesario para que el gato permanezca calmado cuando esta con el perro. El enfasis esta en la paciencia. El hacer presentaciones apresuradas es la causa mas comun que puede causar problemas interespecies; tomate tu tiempo y estaras contento con los resultados.

Presentando a un perro en un hogar gatuno    

 El introducir a un perro en una casa donde vive un gato es diferente y algunas veces más rápido, pues es más fácil confinar a los perros y estos son menos quisquillosos por naturaleza.   

  En un principio, mantén al perro en una jaula, pero permite que los animales se vean el uno al otro. (Mantén al perro en un cuarto separado cuando no esté en la jaula.) No te sorprendas si la reacción inicial del gato es de un gran displacer, su lomo arqueado, siseando, aun escupiendo. En algunos casos, el gato puede evitar pasar por el cuarto donde está el perro; en otros el gato puede ser agresivo con la jaula donde está el perro, avanzando hacia él con obvia hostilidad. Puedes usar algunas de las técnicas descritas en la sección anterior, tal como acostumbrar al gato al olor del perro para ayudar a que el gato se ajuste a la idea de tener a un perro en casa.     

Una vez que el gato ha dejado de mostrar hostilidad ( o deja de esconderse al escuchar o oler al perro) puedes empezar a permitir que el perro salga a donde está en gato para visitas cortas y supervisadas con correa. Asegúrate que el gato tenga donde estar a salvo, como arriba algún mueble o silla donde el perro no lo pueda alcanzar y el no se sienta amenazado. También asegúrate que no obstruyas la forma de que el gato pueda salir de el cuarto; el gato puede entrar en pánico si ve que no hay manera de escapar de el perro (Recuerda que el gato no entiende que el perro esta sujetado con una correa!).   

  Un gato que se siente como y dominante en su casa le enseñara al perro a respetar su espacio personal, usualmente con un golpe inicial en la nariz como una advertencia o para mostrarle a tener mejores modales.     

Lipscomb dice que nunca hay que quitarle las garras a un gato. Aun si el gato nunca las usa, el tenerlas le da mucha confianza en si mismo y en defender su espacio, que es la preocupacion principal de un gato. Si el perro continua siguiendo a el gato e invadiendo su espacio, confina al perro

.      Aprende a leer el lenguaje corporal de los animales y su comportamiento. Un golpe con la patita usualmente es solo una advertencia. Cuando un gato se levanta, las orejas hacia atras y esponja la cola, es que va a haber pelea. Es tiempo para que te lleves al perro.

     Los gatos son mas independientes mientras que los perros viven para complacerte. Por lo tanto, es tipicamente mas facil el entrenar a un perro a vivir con un gato que viceversa. Debido a que estan tan dispuestos a complacer, nuestro trabajo es el ayudar a los perros a entender que es lo que queremos de ellos. "los gatos y los perror hablan un lenguaje diferente", dice la experta en comportamiento felino Pam Johnson-Bennet. "Nuestro trabajo es el enseñarle a el perro el lenguaje de el gato. El perseguir es como juegan los perros, pero para un gato, esto es una gran amenaza." El lider.

     Mientras que el comportamiento felino es muy similar no importando la raza, lo mismo no es cierto en los perros. Diferentes razas pueden exhibir comportamientos distintos, y es importante determinar si el tipo de perro que pretendes introducir a tu casa con un gatito puede socializar bien con los felinos.

     Con algunas razas, puedes encontrar dificil el pelear contra siglos de evolucion y crianza para ciertos propositos. Su instinto es el perseguir, arrinconar y confrontar a animales pequeños. Los terriers, por ejemplo han sido criados para perseguir ratas. Los grayhounds tambien tienen instinto de perseguir a animales pequeños y peludos. Los akitas son sensibles al movimiento, cuando ven correr a un animal pequeño, lo persiguen.

     Sin embargo, hay excepciones a todas las reglas. Dee Carlson es un entrenador profesional de animales con los Avalon Pet Partners en Washington. Tambien es la feliz dueña de dos Akitas, un Schnauzer y tres gatos ya mayores. Un buen entrenamiento empieza en casa, de acuerdo a Carlton, quien ha creado un ambiente de respeto mutuo y estructura entre sus animales. En esencia, ha creado una jauria y se ha puesto a ella misma arriba de todos, en la posicion principal, algo que es esencial que haga cualquier persona que quiera tener gatos y perros dentro de el mismo grupo social.

     Los gatos y los perros pueden ser tan diferentes como.. como gatos y perros, pero si comparten algo muy significativo: Ambos son especies sociales que ven sus relaciones como jerarquias. El animal dominante o Alfa siempre tiene que estar a la cabeza de la jauria. Una clara jerarquia de posiciones es esencial para que ellos se sientan comodos.

     Como perro jefe (o humano), debes ejercer tu poder sabiamente. Tus animales confiaran en ti para que seas su lider y para resolver cualquier conflicto que surga entre ellos. Para asegurarles armonia y seguridad, Carlson ha creado una jerarquia artificial al poner a todos los gatos arriba de los perros. Ella apoya esta estructura con un comportamiento consistente: siempre acaricia al gato dominante primero, segundo al segundo gato, luego al tercero seguidos por el primer perro y luego el segundo, de acuerdo a la estructura jerarquica que los animales mismos han creado dentro de el marco que ella les dio. Le da un premio de comida al animal dominante primero, le permite que entre por la puerta primero, estableciendo asi relaciones claras.

     Cuando te embarques en esta aventura valiente y recompensante, tienes que saber que las etapas iniciales puede que no sean faciles. No dudes en pedir ayuda. Los entrenadores con conocimientos de comportamiento pueden ayudarte a observar los temperamentos de los animales y en modificar sus comportamientos. Con un poco de paciencia amorosa, tienes el poder de crear relaciones fuertes y respetuosas que cruzan las fronteras de las especies y duran por toda una vida. 3 Presentar un perro a un gato. Presentar un perro a un gato puede ser problemático si no se procede correctamente. Es imposible predecir cómo reaccionará un gato ante un perro, pero si los amos saben cómo proceder y reaccionar con inteligencia y calma, la operación será un éxito. Generalmente las "peleas" entre perro y gato no va mas allá del "susto" que entre ello es controlada y ninguno sale herido. Es más fácil que se establezca una relación afectuosa entre un gato y un perro cuando los dos animales son cachorros.

Es mucho más probable que los gatos adultos se muestren desconfiados ante un perro o incluso que tengan una reacción negativa (pero cada casa es un mundo, y cada familia una historia) Obstante, un gato mayor también puede aprender a vivir con un perro. En ambos casos, las presentaciones deben hacerse de la misma manera.

PRIMEROS PASOS A LA PRESENTACIÓN.

En recomendable que mantenga a ambos animales sujetos.

Encierre al gato en una habitación distinta a la que tendrá lugar la presentación.

Deje al perro explorar la habitación en la que se producirá el encuentro para que perciba el olor a gato. No precipite la etapa. De tiempo al perro para que reconozca todos los rincones de la habitación.

Permanezca con él en todo momento.

Haga salir al perro de la habitación y haga entrar al gato.

A continuación, deje al gato explorar el lugar. No se hará de rogar, porque percibirá que sucede algo habitual. EL CARA A CARA. Algunos expertos recomiedan programar el cara a cara a la hora de la comida. Los dos animales estarán tan embelesados por la comida que se ignorarán, pero asegúrese de que el perro no se come la comida del gato.

Cuando acaben de comer, expezarán a conocerse. Pueden verse tentados a arañarse o a morderse y deberá estar preparado para intervenir si la situación degenera. En ese caso utilice algo para asustarles y distraerles.

Haga salir de la habitación al mas agresivo.

4 Cómo presentar un perro a tu gato

Es importante que sepas antes cómo reacciona tu gato con la sola presencia de los perros.

   1. Hay gatos que ignoran a los perros y sólo reaccionan si el perro les ataca.

   2. Otros gatos, sin embargo, reaccionan mal con sólo ver a un perro, aunque éste ni le haya mirado, y se agazapan, erizan su pelo y bufan.

   3. Y un tercer tipo de gatos, se esconde de los perros, no reaccionan mal a su presencia pero no permiten que los perros se acerquen a ellos. Hay que conocer la reacción de los perros a los gatos en general. Lo común es que los perros y los gatos que viven juntos, se acostumbren a convivir, bien haciéndose colegas (esta es la situación más cómoda para todos) o bien haciendo cada uno su vida sin interferir a penas en la del otro. Lo más importante cuando un perro entra en una casa donde hay un gato, es tener en cuenta estos conocimientos previos y reaccionar según ellos. Toma las mismas precauciones que tomarías si estuvieras presentando a otro perro al perro o un gato a tu gato.

Puedes tener al perro cogido con la correa, y ver su primera reacción, no soltarlo hasta que veas que la presencia del gato no produce una reacción exagerada en el perro.

Si tu gato es como la opción 1 y 3, es mejor que separes al gato del perro. Si vives en un piso, pónlo en un trasportín para evitar que se puedan pelear o perseguirse ante la sorpresa de verse la primera vez, si vives en una casa y tu gato suele salir al patio, asegúrate de que el gato está en un sitio alto fuera de todo alcance del perro.

Si tu gato es como los de la opción 2, pónlo en un sitio donde el perro no llegue; pero no necesitas encerrarle tanto si estás en un piso o en una casa. Intenta no tener ningún tipo de actitud extraña, que hagan entrar a uno y a otro en tensión. El perro se acercará a oler el trasportín o al gato donde esté, y podrás comprobar la reacción de tu gato ante ese acercamiento. Si es el gato el que está suelto, las primeras acciones las hará él, y es probable que se acerque al perro a verle y olerle, o bien se suba a un sitio fuera de su alcance, o también, bufar y agazaparse. Ambos necesitan olerse y mirarse, ya que serán compañeros, y en el mejor de los casos jugaran juntos, en el peor, cada uno tendrá su sitio. Es importante dejar que ellos pongan sus límites y la relación que quieren tener, no erigirse en protector de uno ni de otro. Ambos animales suelen llegar a un acuerdo en convivencia, pasado los primeros momentos de curiosidad suelen tener una buena relación, y ambos animales son educables y es posible enseñarles a convivir si no lo consiguen por sí solos.

Lo más importante es no sobreproteger a uno en prejuicio del otro, aquel enfrentamiento entre perros y gatos es, en gran parte, cosa de dibujos animados. Lo cierto es que ambos son predadores, son cazadores, y ambos están bien adaptados a la convivencia con los humanos.

Un gato y un perro pueden tener los mismo problemas o no problemas de dos perros viviendo juntos o dos gatos. Tu actitud es importante, porque eres quien dirige su manada.

Estas pautas son orientativas, es impredecible la reacción de un gato y un perro sin conocerles, ya que cada gato y cada perro tienen una manera diferente de relacionarse. Lo que sí está comprobado es que cuando nadie los ve, los perros y los gatos se divierten juntos. Y muchas veces la reacción de ambos cambia ante la vista de las personas, a veces para peor y otras veces para mejor. Toma como pautas para elegir su actuación la reacción del gato ante los perros, y pon por delante tu propia disposición al respecto de la convivencia, tu actitud es lo que va a marcar la diferencia en la convivencia. Ten en cuenta que el hecho de perseguirse, para los perros y gatos no siempre significa que no se quieren, es también muchas veces un juego de habilidades. Y ten en cuenta también que algunos gatos, a raíz de una mala experiencia previa con perros, difícilmente consiguen convivir con uno.

5 Algunas personas prefieren los perros y otras prefieren los gatos.

Pero también hay a quien le gustan los dos y, por eso, deciden compartir sus hogares con unos y con otros. Si tienes un perro y decides incorporar un gato a la familia, debes tener en cuenta que esto va a producir un cambio en la vida de todos y que no es algo que puedas hacer de golpe. Será necesario un proceso de adaptación para el peludo y el bigotudo.

Los perros y los gatos pueden llevarse bien, contrariamente a la creencia popular. E incluso llegar a ser amigos de juegos inseparables. Naturalmente, facilita el hecho de que convivan desde que ambos son cachorritos, pues crecen juntos. A los perros y los gatos cachorritos les encanta jugar. Así que, si inician su convivencia desde pequeñitos, se lo pasarán en grande. Pero ten en cuenta que los gatos suelen ser más ágiles y que, además, tienen unas uñas afiladas algo peligrosas. Supervisa sus juegos si ves que tu perro recibe de vez en cuando algún arañazo en los ojos o el hocico. Si el bigotudo ha jugado sin que nadie salga herido, se merece que lo premies con una de sus delicias favoritas. Pero también puedes traer un gato cachorrito o adulto a tu casa, aunque tu amigo perro viva contigo desde hace ya tiempo y tenga cierta edad. Tan sólo debes tener en cuenta algunas cosas importantes que te ayudarán para que la adaptación se realice con éxito y consigas una convivencia en armonía entre todos los miembros de la familia.

Es aconsejable que reserves al gato un espacio de la casa como una habitación pequeña (donde se sentirá más protegido que en un espacio muy grande) alejada de los dominios del perro. Así, podrá comer tranquilamente su menú preferido sin que el perro husmee en su cuenco y explorar poco a poco, a su ritmo, el resto del hogar.

Los primeros días deja la puerta cerrada. De este modo, el gato se sentirá todavía más protegido, sobre todo si el perro tiene curiosidad y se acerca a su habitación mientras tú no estás en casa. Si tu minino quiere salir, ya se encargará de comunicártelo maullando o arañando la puerta. Y recuerda que es aconsejable que ambos tengan su propio espacio y sus propios cuencos para la comida y el agua.

Un truco para que el bigotudo se acostumbre al perro es el siguiente: frota tus manos en el peludo, y luego ve a la habitación de tu gato; deja que éste huela tus manos y se acostumbre al olor de su compañero de piso. Luego, cuando veas que el gato está más adaptado, lleva al perro a su habitación. Para que el minino no se asuste, ordena al perro que esté sentado. Si el perro hace ademán de acercarse al gato sin tu permiso, dile: «No», en voz alta y con firmeza.

Es importante que, durante la fase de presentación, no dejes al perro solo. Si el gato se asusta, algo que será muy evidente porque soltará un bufido o se esconderá, llévate al perro inmediatamente. Es probable que tengas que llevarte al perro varias veces. Así que te tocará tener paciencia. Si el peludo se porta bien, y te obedece, prémialo con una chuchería. Cuando ambos estén acostumbrados y no se produzcan altercados, puedes trasladar los cuencos de comida y agua y la camita del gato a otro lugar de la casa. Tenlos a ambos contentos y ya verás cómo éste puede ser el inicio de una gran amistad