Adopción de CRISPY

CRISPY tiene tan sólo 1 añito, y la mayor parte de su vida la ha vivido en la calle. Estuvo mucho tiempo en la calle abandonado, lo iba alimentando una señora, pero pasó mucho tiempo hasta que fue rescatado.
Tras un corto tiempo en la protectora, se fue a una casa de acogida.
Llegó muy muy miedoso. No se dejaba tocar, ni acariciar, no se dejaba coger con la correa, se bloqueaba y no quería andar.
Tenía miedo de todo: ruidos, personas, escoba....
Hacía sus necesidades en casa, los primeros días no quería comer y había que llevarlo en brazos a todos lados.
Poco a poco, con paciencia y con cariño, cada día poco a poco fue mejorando, aunque muy lentamente.
No conocía las caricias ni el cariño. Todo era nuevo para él.
Gracias a la constancia de su casa de acogida, Crispy se ha ido superando día a día.
Probaron con un collar antiestrés que desprende feromonas relajantes y eso ha ayudado bastante.
Empezó a familiarizarse con su casa de acogida, a dejarse coger, a caminar, a pasear por la calle, a hacer sus necesidades en la calle.
Es un perro muy bueno, no ladra.
Llora un poquito cuando ve que te vas; ya se ha vuelto más cercano a las personas. Ha abierto su corazón y ha cogido cariño.
Cuando llegas a casa se pone muy contento y te recibe con muchas fiestas moviendo su colita.
Tiene aún algunas cosas de cachorro... Te roba las zapatillas.
Crispy ha mejorado bastante en sus miedos, pero aún le quedan secuelas.
Se asusta de movimientos bruscos y si te acercas de repente o lo persigues.
Es sociable con otros perros y cuando se relaja, es muy juguetón con ellos. Es apto con gatos, los ignora; en cambio persigue a las palomas.
Crispy necesita una familia con amor, paciencia y sobretodo experiencia en este tipo de casos.
Si quieres saber más sobre Crispy, no dudes en contactarnos.