Adaptación de un cachorro adoptado
CONSEJOS PARA LA ADOPCIÓN DE UN CACHORRO
Si has llegado hasta aquí es que has decidido adoptar un cachorro o estás pensando hacerlo en breve. Hemos hecho un pequeño recopilatorio de breves consejos para que su adaptación a su nuevo hogar sea lo menos traumática posible.
Antes de llegar a casa debes decidir en qué lugar se va ubicar su lugar de descanso, donde va a comer y beber y donde va a hacer sus necesidades. Ten preparado su sitio de descanso, con su camita y juguetes; revisa que cualquier zona a su alcance sea una zona segura, retira cables y protege enchufes, saca de su alcance productos nocivos e incluso plantas que puedan ser tóxicas. Utiliza comederos y bebederos de acero inoxidable o cerámica; evitarás que vuelquen por accidente. Debes tener especial atención a escaleras, balcones, estanques,… deben ser área restringida en todo momento para el peque.
Todos nuestros cachorros son entregados con chip para su identificación, pero es realmente útil ponerle una chapita identificativa. Prepara juguetes para que sepa entretenerse y disfrutar de sus momentos de tranquilidad y juego. Hay una gran variedad de juguetes que puedes comprar o realizar caseramente; pero no le debes dar zapatos viejos o trastos k no uses por que el cachorro lo identificará como juego y no sabrá diferenciar con los que puede jugar y los que no.
Prepara sus utensilios de aseo; el cepillado no solo es un acto de aseo sino un refuerzo del vínculo afectivo y le recuerdo el acicalamiento que le realizaba su madre. Prepara su comida, existen muchos tipos y marcas de piensos, comida blanda, papillas,… Los cachorros suelen comer 3 veces al día hasta los 6 meses, 2 al día hasta los 9 meses y una vez al día a partir de los 9 meses. Aunque solo es orientativo, tu veterinario te dará pautas a seguir según raza y actividad. Prepara un collar o arnés preferiblemente de ajustable y de tacto suave para ir adaptándolo mientras crezca. Cuando ya llegue a casa.
Consejos para una harmónica convivencia:
Comida: No le des comida humana, el pienso o la comida especializada para cachorros tiene el equilibrio ideal para la alimentación del perro. Es preferible darle la toma necesaria y no dejarle el comedero lleno de pienso. Ten siempre a su alcance agua fresca y limpia. Nunca debes darle huesos ya que pueden astillarse y provocar perforaciones en el sistema digestivo. Nunca le des dulces ya que no los digieren bien. No abuses de los premios o chuches ya que suelen contener demasiada materia grasa.
Higiene o aseo: El primer baño del cachorro suele darse después del ciclo de vacunas; antes puedes usar toallitas húmedas o espumas secas específicas. El baño debe hacerse con agua tibia, evitando corrientes de aire y con champús específicos. Si, con el buen tiempo, decides darle el baño al aire libre, ten cuidado con la manguera y evita la salida de agua a presión, podría cogerle miedo. Ten especial cuidado a la zona de ojos y orejas. Cepíllalo con el peino o cepillo adecuado y aprovecha para revisar heridas o parásitos; hazlo de manera suave para que sea un momento placentero. Pon especial atención en la higiene de oídos, ojos, boca y uñas (éstas es conveniente que las corte el veterinario)
Juego: Es esencial para los procesos de socialización tanto con otros perros como con perronas. La iniciativa del juego debe ser siempre nuestra, así como el fin. El juego nos sirve para marcar límites, controlar impulsos corporales y su fuerza de mordida y ladridos. Si él quiere jugar y no lo crees conveniente debes: Ignorarlo; ni lo mires ni lo toques. Cuando ya haya desistido lo puedes llamar y jugar hasta que tú decidas. Tiene que respetar espacio y descanso, al igual que tú debes respetar los suyos. Para enseñarle el control de la mordida, si por cualquier razón no lo ha hecho su mami, debes emitir un chillido agudo, fuerte y seco, él interpretará que se ha pasado de mordida. Justo después deja de jugar para que entienda las normas del juego. Nunca le persigas, es él quien debe hacerlo. Si juegas al tira y afloja con algún objeto, debes quedarte siempre con el objeto. Al jugar con la pelota debes tirársela siempre, nunca se la des en la boca. Si te provoca cogiendo cualquier objeto y sale corriendo para que le persigas; no lo hagas, estarás reforzando ese comportamiento.
Educación: Debes ser coherente, siempre reaccionar igual ante situaciones iguales. Paciencia, hay que repetir las pautas las veces que haga falta. Nunca pegarle o gritarle, no debe aprender bajo el miedo o la coacción. Los primeros días de la llegada del cachorro le generarán cierto estrés, dale la máxima tranquilidad, cariño, comprensión, espacio vital y libertad. Deja que explore para que se acostumbre a nuevos olores, ruidos, objetos,…. Si llora cuando se siente extraño ignórale hasta que se acostumbre; si llora por la noche puedes ponerle una botella con agua tibia envuelta en una toalla, un reloj de cuerda. Los primeros días acude a tranquilizarle si le ves intranquilo pero una vez acostumbrado no acudas siempre a su llamada; hazlo solo de vez en cuando, cuando no se lo espere o espaciando cada vez más tu respuesta. Aunque no pueda caminar por la calle hasta que tenga completo el ciclo de vacunas, pero puede acompañarte en brazos para socializar y acostumbrarse a la gente, caricias, ruidos,… y todos los estímulos que formaran parte de su vida.
Con otros animales de casa: Las presentaciones siempre en calma, sin prisa y con mucha tranquilidad, bajo vigilancia constante y en territorio neutral. Debes premiarlos cuando estén juntos y tranquilos. Dedica el mismo tiempo a los “veteranos” que a los “bienvenidos”. Los correctivos cuando hagan alguna trastada deben ser “in fraganti”. Cuando al llegar a casa haga destrozos debes ignorarlo antes de salir y cuando llegues; solo debes prestarle atención cuando ya esté tranquilo. No debes reñirlo cuando llegues y haya hecho algún destrozo porque asociará tu llegada a algo negativo y con miedo. No le dejes subir al sofá o la cama si no quieres de que de adulto siga aciéndolo.
Pipís y cacas: Un cachorro no es capaz de controlar los esfínteres así que deberás armarte de paciencia. Para evitar que vuelva a hacerlo en algún sitio concreto limpia la zona con vinagre que elimina el olor. Cubre una gran zona con papel de periódico y echa unas gotitas de lejía que le incitará a hacerlo en ese lugar, y poco a poco ves retirando papeles acotando la zona. Para que se acostumbre a hacerlo en la calle lo puedes sacar al principio con la hoja impregnada en lejía, Cuando haga sus necesidades en la misma, prémiale y ese comportamiento lo repetirá para siempre.
Paseo: Será muy útil si le enseñas a sentarse previamente para darle otras órdenes y tenerlo controlado. Previamente a sacarlo con correa debe estar acostumbrado a llevar collar en casa. Antes de salir de casa, debes ordenarle que se siente. Debes enseñarle a ir junto a ti y pendiente de ti en todo momento en el paseo. Cuando estire la correa, cambia de dirección o párate para desorientarlo. Con paciencia y seguimiento se puede hacer que los paseos sean placenteros para los dos. Esto es solo un recopilatorio de unas breves y sencillas pautas estándar para la convivencia con un cachorro; dependerá de muchos factores que la convivencia sea la ideal para todos los miembros de la familia. Cualquier conducta anómala o preocupante debe ser analizada y corregida por especialistas en el sector; consulta con tu veterinario, etólogo, adiestrador,.. O persona con conocimientos sobre el tema.
Y por último, agradecer la posibilidad de dar un hogar y dejar que el cachorro forme parte de vuestra familia; gracias por las adopciones responsables que saben que un ser vivo no es un peluche y que pasará a formar parte de nuestra familia toda su vida. Adopta de manera responsable, no por impulsos.