Adopción de RONA

RONA llegó al refugio cuando aún no tenia ni un mes de vida, después de que Darla, su madre, la tuviera a ella y a sus hermanitos, los trajeron al refugio y se deshicieron de ellos.

Fue la primera de los cachorros en reservarse, junto con su madre. Era adorable verlas juntas, parecían dos gotas de agua, una de unos 25kg y la otra de poco más de 800 gramos. Fueron adoptadas a mediados de marzo del 2016 y devueltas al mismo refugio en mayo de 2017… imaginamos que al crecer Rona, y tener dos perros grandes en casa, ya no hacían tanta gracia.

Cuando llegó la segunda vez al refugió nos sorprendió ver que, a diferencia de su madre que era un torbellino, Rona era muy tranquila i le aguantaba las mil perrerías a su madre, que siempre estaba chinchándola para jugar.
Tristemente, en su casa no le enseñaron a pasear, ni a sentarse, ni a controlarse cuando se pone muy contenta, pero Rona es tan lista que aprendió muchas cosas de su madre y a día de hoy, gracias a los voluntarios y trabajadores del refugio, sabe pasear con la correa, sentarse, pedir comida poniendo cara de angelito y, su último gran logro, ¡dar la patita!

Rona es la cosa más cariñosa del mundo, es tierna a más no poder, se deshace con las caricias y se vuelve loca cuando ve que la vas a sacar a pasear. Es buenísima con otros perros, tanto con machos como con hembras. Está testada con gatos y aunque le dan un poco de respeto, la curiosidad le puede y se acerca tímidamente a olisquearlos y parece que le caen bien.

A nosotros nos tienen enamorados, tanto Darla como Rona… haremos todo lo posible para que alguna familia verdadera les dé el hogar que siempre se merecieron, solo piden algo fácil de dar, cariño, educación y el amor de una familia. Ambas son muy sociables con perros y personas.